FEDERICO AMADOR
Es uno de los actores más sexys de la Argentina, pero él prefiere el perfil bajo. Además de lindo, es sencillo y muy hot. En esta nota -para leer a la sombra- nos cuenta sus gustos y su forma de ser.
No importa si hace calor o no: cuando Federico Amador aparece ante nuestros ojos, la sensación térmica se dispara de manera automática. El chico nacido y criado en la zona norte de Buenos Aires se sabe lindo, pero prefiere seducir con su sencillez y no descansar en lo que la naturaleza le dio: “En esta profesión ser lindo puede ayudarte, pero la carrera de un actor no puede sostenerse sólo en eso”. A él hasta ahora no le fue tan mal. Dentro de la generación de nuevos actores, es uno de los que más creció y viene de cerrar un año exitoso, haciendo lo que le gusta: teatro, con la obra El deseo bajo los olmos. Y en tevé estuvo en Casi ángeles y La ley del amor. Y para cuando leas esta nota, estará siendo el tercero en dicordia entre los personajes de Luciano Castro y Carla Peterson en LaLola. Y eso lo tiene apasionado, tanto como el deporte, los amigos, la múscia y hasta las artes culinarias. ¿No es el bombón ideal?... Relajáte en tu reposera y disfrutá de nuestro primer Chico Cosmo del año.
Nos contaron que te gusta cocinar, ¿es cierto?
Sí. Me gusta ir a hacer las compras y después abro un vinito, ordeno todo, preparo los cuchillos, los condimentos y me pongo a cocinar despacio... me gusta más la previa que la comida en sí misma. Para cocinar soy ordenado, aunque después la cocina queda hecha un desastre. Mi especialidad es el asado –hago unas minibrochettes de pollo y lomo, con cebolla, ají y panceta que quedan exquisitas– y guiso de lentejas... Bueno, ahora en verano, guiso no.
¿El verano te pone hot?
¡Totalmente! Me encanta no tener que taparme con las sábanas. Duermo en boxers.
¿Te considerás un tipo lindo?
Yo creo que tengo ciertos rasgos medio toscos, como las manos o la frente, no tengo facciones muy finas, y eso le gusta a muchas chicas. Por ejemplo, yo he escuchado a algunas mujeres que dicen que Brad Pitt no les gusta porque es perfectito. Yo no me siento una “belleza esótica” (risas), pero creo que lo que le puede atraer de mí a las mujeres es justamente eso, que no soy perfecto.
¿Por eso te llamaron para sumarte a LaLola?
Puede ser, LaLola es una tira excelente, con una historia, ritmo, y estética alucinantes. Rompe con lo tradicional, y eso es bueno.
En el sexo, ¿también te gusta lo nuevo, experimentar?
En eso no tengo prejuicios, me gusta probar cosas diferentes. Lo que siempre se hace igual me aburre. En ese momento hay que liberar la mente y focalizarse en sentir, hacer sentir y pasarla bien. La premisa es dejar la cabeza de lado.
¿Cómo seducís?
Soy atento. Escucho. Y también seduzco con la mirada.
¿Alguna música en especial?
Me gusta de todo un poco. Por ahí escucho a María Callas, a Led Zepellin o rock nacional. Toda mi vida admiré muchísimo a León Gieco. Y en este momento estoy enfermo con Jaime Roos, se los recomiendo, chicas, ¡es un groso! (risas).
¿Tenés rituales?
Sí, soy muy ritualero. Me preparo un mate, salgo al balcón y ahí me fumo un cigarro, en silencio. También, sigo todas las noches el programa The Shield: al margen de la ley, en AXN, un policial buenísimo.
¿Qué cosas te hacen feliz?
Básicamente mis amigos, son lo más grande del mundo. Obvio que mi familia, y también la naturaleza. Salir de la vorágine del día a día y estar en el río, o juntarme con un amigo y preguntarle: “¿Cómo está tu vida?”. No me gusta perder el contacto personal con el otro.
¿Cómo cuidás tus amistades?
Todos los martes me junto a cenar con alguno de ellos. Y los jueves juego al fútbol con otro grupo de amigos y después nos vamos a comer una hamburguesa a Carlitos hasta las tres de la mañana. Me gusta mucho estar con ellos, son el pilar más fuerte de mi vida desde que tengo uso de razón. Y para ellos yo lo soy también. Tengo muchos amigos, hippies, yuppies...
Parecés tranquilo...
Sí, pero al mismo tiempo soy muy sanguíneo, temperamental. De chico era súper explosivo pero como mi viejo tenía una prsonalidad muy tranqui, desde el ejemplo me fui calmando. De todos modos, nunca perdí la pasión, y vivo con intensidad todo.
¿Qué tan bueno sos como amo de casa?
Antes no lo era, pero ahora soy perfecto: lavo los platos, cocino... Igual, en general, yo soy muy desordenado, pero en los últimos tres años, desde que vivo con mi novia, aprendí a tratar de ordenar, a vaciar los ceniceros... Más que nada porque le gusta a ella, porque si fuera por mí la casa sería un lío.
¿Te lookeás cuando salís?
Poco, más que nada siempre me cuidé de tener una onda más rea: jeans rotos, remeras muy gastadas, una campera de jean vieja. Uno cree que el reo no está lookeado, pero sí, está lookeado de reo.
¿Cómo te ves a vos mismo?
Un tipo bueno, sensible, que quiere y se preocupa por sus amigos y familiares. ¡No voy a hablar mal de mí! (Risas). Me veo muy sensible, miro una buena peli y lloro, no lo puedo evitar, me emociono muchísimo. Y físicamente me veo bien. Onda deportista, pero no obsesionado, tengo la libertad de prenderme un cigarrillo de vez en cuando.
